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Collabs, ¿el qué?

Las colaboraciones entre cerveceras son una parte muy importante del mundo de la craft, ya que ayudan al desarrollo, mejora y crecimiento de cerveceras incipientes y consolidadas. Pero vayamos por partes:

Parte 1: colaboraciones.

Costa Oeste de los Estados Unidos. California. Orillas del pacífico. El movimiento de la cerveza artesana es enorme, y la evolución y el crecimiento son imprescindibles. ¿Cómo hacerlo con una red tan grande de cerveceras? Compartiendo conocimiento entre ellas a través de colaboraciones.

Vale, pero, ¿cómo funciona?

Para empezar se juntan dos o más cerveceras, (¡ha habido hasta colaboraciones de 10 diferentes juntas!) y ponen sus ideas en común, ya que lo normal es que la cerveza que salga de ésta unión sea inédita: una cerveza exclusiva edición limitada que rara vez llega a repetirse.Como hemos dicho antes la idea de las colaboraciones surgió cómo forma de compartir conocimientos, pero es cierto que en pleno siglo 21 y con tanto acceso a la información éste propósito inicial se ha ido diluyendo en beneficio de otro nuevo: el márketing o cobranding.

Al final por afinidad geográfica o simplemente porque haya un distribuidor de cierta marca en tu zona, es normal que haya algunas cerveceras que tenemos más dentro, que nos gusta beber más y a las que hacemos más caso en los nuevos lanzamientos. Con el cobranding lo que se quiere conseguir es “arrastrar” a esos seguidores de la otra cervecera hasta la tuya, siendo una muy buena estrategia para cerveceros más nuevos juntarse con otros ya instaurados.

Parte 2: cerveceras nómadas

Montar una fábrica es bastante complicado. Se necesita una inversión económica inicial muy fuerte y hay que competir con empresas que, no sólo llevan mucho tiempo en ésto y cuentan con gran experiencia, sino que también  cuentan con recursos prácticamente ilimitados. Hay que tener en cuenta también que no es una fábrica genérica, si no que al formar parte de la industria alimentaria los protocolos, la seguridad y las exigencias son aún mayores. Es por ésto que la mayoría de las cerveceras incipientes no optan por montar su fábrica desde el primer momento, sino que empiezan como cerveceros nómadas.

Lo que conlleva ser nómada es ir a una cervecera con fábrica propia y desarrollar allí tus cervezas. Es decir, te ceden el uso de sus instalaciones por un módico precio para que puedas elaborar. Para la cervecera que acoge es una manera de incrementar sus ingresos y además ayudar a que siga creciendo el tejido del craft en su zona, y para la incipiente es una forma de poner empezar a hacerse un nombre y de reforzar relaciones y aprender de la cervecera que le acoge.

De la mano de los nómadas muchas cerveceras incipientes también pueden crear sus colaboraciones. No hay más que ventajas: comparten conociemiento, ayudan a ampliar sus ventas y comparten gastos. Lo que se conoce como winwin. El tejido cervecero que se ha creado en España partiendo de ésta filosofía es, como se puede ver, pujante y en expansión.

Ahora mismo las cerveceras más punteras siguen manteniendo ésta tradición de las colaboraciones. Los resultados por lo general son brillantes y ¡esperamos que nunca dejen de hacerlo!

¡Y hasta aquí el post de hoy! ¿Habéis aprendido mucho? ¿Sois fans de las colaboraciones? ¡Os leemos! Ya sabéis que podéis dejar vuestros comentarios en el mismo blog o en nuestro instagram, donde estamos siempre pendientes de vuestras dudas o de cualquier cosa que queráis compartir con nosotros. Además, aquí debajo os dejamos varias colaboraciones que tenemos en la tienda para que disfrutéis de semejantes creaciones.

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