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¿Lupulado? ¿De qué hablas?

¡Queridos exploradores! Bienvenidos un día más al Blog de Loopool. Hoy vamos a hablar del lupulado, ese proceso que acaba de redondear nuestra bebida favorita, la química hecha fantasía. En función del momento de elaboración en que se añada el lúpulo y de la forma que se haga nos lleva a un final u otro, en plan elige tu propia aventura. Aquí os vamos a contar las características que se buscan con la adición y como llegar a ellas. (Si queréis saber más sobre cómo se hace la cerveza aquí tenéis nuestro post sobre los elementos que la componen)

Adición de amargor

El amargor en el lúpulo viene de unos ácidos que habitan en las glándulas de lupulina, en las flores. El único problema es que para que aporten ese amargor hay que isomerizarlos, es decir, “recolocar” su estructura. Para entendernos es como si juegas a la lotería con el 15785 y toca el 78551: cifras iguales, distinto número. La cocción va isomerizando los ácidos poquito a poco, y sólo los “recolocados” son los que aportan amargor, así cada maestro cervecero decide cuánto tiempo van a cocer en función de los IBUS que quiera (más tiempo = más amargor = más IBUS).

Uno de los métodos que ahora mismo tiene más adeptos es el First Wort Hopping (Lupulado del primer mosto), es decir, añadir el lúpulo en la olla de hervido mientras la vamos llenando desde el macerador y antes de que cueza. Se busca así un amargor más redondo en la cerveza final.

Adición de sabor y aroma.

Aquí entran también las glándulas de lupulina, pero en este caso utilizamos los aceites que contiene. Éstos aportan sabor a medida que se disuelven en el mosto, pero son altamente volátiles (tienden a huir rápidamente) así que para conseguir sabor se añaden entre 20 y 40 minutos antes de terminar la cocción.

El aroma es otro rollo. ¿Cómo aprovechar los aceites esos súper volubles para que nos dejen sus olores fantásticos? Pues añadiéndolos fuera de cocción con los diferentes métodos que os explicamos ahora.

Seguro que estáis hartos de ver escrito en las latas las siglas “DDH”, bien, pues pertenecen al término Doble Dry Hopping, que es la digievolución del método que nos ocupa, el Dry Hopping (lupulado en seco). Puede que ahora mismo sea la práctica más frecuente, en la que los lúpulos se añaden la cerveza ya en los tanques de fermentación, pero cuando ya no hay nada que fermentar. Allí se dejan entre 7 y 15 días dejando que los aceites se disuelvan y otorgando un aroma potente y fresco a lúpulo, realzando de paso un poquito el sabor. En el DDH además se añade lúpulo al principio de la fermentación para extraer aún más la parte aromática y gustativa del lúpulo.

El Hop Back toma su nombre directamente del pequeño tanque que se utiliza en este método. Se sitúa entre la cuba de cocción y el sistema de refrigeración, se llena de lúpulo, y se hace pasar por él el mosto caliente.  Su intención es muy similar a la del DH.

Existe una variedad del Hop Back que se conoce como Randall y es prácticamente lo mismo PERO justo antes de servir. Es decir, se ponen en el circuito que va del barril al grifo unos cilindros con lúpulo fresco por los que atraviesa la cerveza en el camino hacia tu vaso. Se consiguen así los más puros aromas a lúpulo (y más vale, porque sólo pensar en lo que cuesta la instalación..)

Un método muy utilizado es la adición en el Whirpool o centrifugadora. Ésta máquina se utiliza para limpiar el mosto de impurezas y enfriarlo mucho más rápido, ahorrando tiempo e impidiendo la formación de algunos compuestos que nos darían sabor poco agradable. En este caso añadiríamos el lúpulo justo antes de centrifugar con la intención sobre todo de aportar aroma (algo de amargor también se queda, pero poquito)

Y por último llegamos al método más debatido en este momento: el Mash Hopping. Se basa en la adición de lúpulos en la cuba de maceración junto a las maltas, incrementando el sabor a lúpulo sin que, supuestamente, afecte al amargor. Hay muchas teorías y cada maestrillo tiene su librillo, así que si lo que queréis es iniciaros en el mundo de la elaboración artesana lo mejor es que probéis qué os parece a vosotros.

¡Y hasta aquí el post de hoy! ¿Qué os parece lo de elegir vuestra propia aventura cervecera a través del lúpulo? ¡Os leemos! Ya sabéis que podéis dejar vuestros comentarios en el mismo blog o en nuestro instagram, donde estamos siempre pendientes de vuestros comentarios y dudas. Aquí abajo os dejamos algunas de nuestras cervezas con los diferentes tipos de lupulado para que las probéis todas.

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